Esta breve fábula nos habla de una isla pequeña, llena de gatos, y con un grupo de habitantes que viven en perfecta armonía con ellos. Un buen día los gatos desaparecen, y a cambio el gobierno del continente les lleva perros pero les aseguran que no son perros: son gatos.
Tras el desconcierto inicial, los isleños van aceptando taciturnamente este nuevo tipo de gatos, salvo un grupo reducido de rebeldes que no comulgan con las ideas impuestas.
El libro es una crítica a la sociedad de consumo, ya cómo se nos empuja al individualismo y la desconexión con los demás.
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