Mercy Watson es la cerdita que vive en casa de los señores del mismo apellido. Es una cerdita a quien le encanta comer y sobre todo, si son tostadas con mantequilla mucho mejor.
Y aunque a Mercy le encanta compartir ratos con sus humanos, también hace cosas propias de su especie, como el día que entró en el jardín de sus vecinas a quienes, por cierto, no les gusta nada la protagonista de la historia, y se comió todas las flores recién plantadas.
Y ya os podéis imaginar cómo se lo tomaron las señoras, en especial Eugenia quien con una llamada telefónica provocó que se acercara una “catástrofe inconmensurable”.
¿Puede alguien pensar como una cerdita?
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