Mateo nació con un peso de más de tres quilos, sano y fuerte. Su familia y todos los demás estaban muy contentos con dicho acontecimiento.
Pero Mateo era un niño muy especial y muy particular, porque era un niño de papel. El primero, para ser exactos.
Un día, cuando ya tenia doce años , descubrió debido a las prisas de su madre, que podía pintarse y escribirse y fue cuando, a partir de aquel instante, decidió que su cuerpo sería su propio cuaderno.
A medida que iba creciendo, su cuerpo se parecía más a un pergamino…
Este libro fue finalista del XIV Premio internacional Compostela de Álbum Ilustrado.
Consultar la disponibilidad en el catálogo | Booktrailer | Web del autor
Impactos: 5